El agua, después de haber sido extraída de su medio natural, cambia sus características físico-químicas con extrema rapidez.
El agua para uso en una piscina debe ser sometida a una serie de tratamientos para asegurar su total salubridad. Una depuración bien calculada, junto con el mejor tratamiento químico harán de su piscina el lugar ideal de su jardín, permitiendo disfrutar de su ocio con total seguridad y garantía de higiene.